Por: Eduardo de Benito
En el mes de mayo de 1890 se celebró en España la primera exposición canina de nuestra historia, que duró cinco días. Cerca del estanque del parque del Retiro se montaron las casetas. Los perros estaban expuestos en bancadas de madera individuales. Una banda interpretaba piezas de música popular para amenizar a los visitantes. Llamó mucho la atención un mastín enorme, colocado ligeramente apartado por su fuerte temperamento. De nombre “León” y de color dorado, pertenecía a Antonio Cánovas del Castillo, presidente del Consejo de Ministros. Participaron 150 perros. Se hicieron públicos los gastos e ingresos generados por el acto. Los gastos totales de organización alcanzaron la suma de 5.752 pesetas y los ingresos fueron 4.560 pesetas en entradas, al precio de 1 peseta por unidad. y 620 pesetas por inscripciones de los perros, quedando un déficit de 572 pesetas.


La celebración de nuestra primera exposición canina se debió al empeño personal de José de Figueroa y Torres Sotomayor (Vizconde de Irueste), “sportman” (por usar la terminología de la época) aficionado a la caza, la equitación, el fútbol y gran amante de los perros. El Vizconde de Irueste debe ser considerado, por tanto, como el pionero entre nosotros de este tipo de certámenes. Tuvo la capacidad de reunir a su alrededor a algunas de las más destacadas personalidades interesadas por las razas caninas de aquellos años, como Juan María de Conde director de la revista “La Caza Ilustrada”, o Julian Settier, periodista cinegético y director de la revista “El Campo”. También merece destacarse la labor divulgativa que el Vizconde de Irueste llevó a cabo analizando las exposiciones caninas en artículos en la prensa para que los aficionados comprendieran la mecánica de los juicios y las cualidades de los perros. He encontrado muy interesantes sus notas sobre el Daschund en la revista “El Campo”.

A su pasión por los perros también se debe el primer intento de crear en España un Kennel Club dedicado a la selección de los perros de raza. Aunque aquel proyecto no fraguó, la idea sería retomada por varios de los participantes de esta primera exposición integrados en la Asociación de Cazadores y Pescadores de España. Una asociación que organizaría exposiciones caninas durante más de veinte años, desde finales del S. XIX hasta la década de 1920, manteniendo una agría discusión sobre el liderazgo de las mismas con la Real Sociedad Central de Fomento de las Razas Caninas en 1912.


El jurado de aquella primera Exposición Canina de 1890 lo formaron el Vizconde de Irueste, Ricardo Guillén, Tomás Perinat, Juan Morales de Peralta y Adelardo Ortiz de Pinedo. Sobre estos dos último merece ampliarse la información. Juan Morales de Peralta, escritor cinegético de gran inteligencia, defendió siempre la importancia de los perros de muestra españoles y organizó el primer Congreso de Cazadores y Pescadores de España en 1912, génesis de lo que con el tiempo sería la Real Federación Española de Caza. A Adelardo Ortiz de Pinedo lo volvemos a encontrar en el Comité fundador de la Real Sociedad Central de Fomento de las Razas Caninas en España, en 1911. Autor de varios libros de caza y una novela, “La Sima”, muy alabada por el gran escritor Juan Varela. La ciudad de Madrid le dedicó el “Paso de Adelardo Ortiz de Pinedo”, en San Antonio de la Florida, pues durante años costeó personalmente el mantenimiento de la fosa donde fueron enterrados los 43 españoles fusilados por los franceses el 2 de mayo de 1808. Actuó como Secretario de la exposición Juan María de Conde, que además de dirigir “La Caza Ilustrada” era un afamado criador y adiestrador de perros de caza.
Con posterioridad, en la revista “El Campo”, el Vizconde de Irueste publicó un breve artículo en el que refiere las dificultades con las que tuvo que enfrentarse para llevar a buen puerto su proyecto: “Me embarqué, empujado por mi afición, pero teniendo en contra la opinión y esa mala voluntad con que aquí se recibe todo lo que es nuevo. No pensé, al anunciar la Exposición, lo que pudiera costarme, e hice bien, porque solo salí alcanzado en unas cuantas pesetas. Hablé de mi idea a varios amigos, pero no quise seguir mi predicación de un Kennel Club al ver las caras con que se recibía una invitación, que casi todos traducían por sablazo. Callado permanecí, trabajando en la instalación de mi conato de Exposición, haciendo prosélitos para expositores, rogando a uno, comprometiendo al otro, recibiendo una rotunda negativa del primero, soportando una serie de preguntas del de más allá, y una sonrisa burlona de la mayor parte.
Cuando en las vísperas de la Exposición empezaron a llegar las jaulas y procedimos a su distribución, acudieron algunos amigos y aficionados, y gracias a ellos salí de aquel enredo. El día en que yo – y créame que me duele hablar de mi modesta persona – funde el Kennel Club y deje que éste se ocupe de las exposiciones caninas, estas no morirán, tendrán base, y por eso no quiero aún un Kennel Club. Quiero, y lo lograré si Dios me da paciencia, poner de moda las exposiciones caninas, y cuando esto sea, no tendré ya que buscar socios ni mendigar suscripciones. Aquí luchamos con dos cosas importantes, la apatía de mis paisanos y su suprema susceptibilidad canina, que les hace ver impasibles volver a sus hijos con un suspenso en un examen, pero que les pone fuera de sí al pensar tan solo que su perro pudiera no ser premiado en las exposiciones en que fuera presentado”.
La exposición apareció recogida en toda la prensa nacional, tanto en los diarios como en las revistas. Los comentarios fueron muy positivos, alabando la iniciativa que traía a España un certamen canino como los que llevaban años celebrándose en Paris y Londres.


“La Iberia”, en su edición del 5 de Junio de 1890: “Esta exposición resulta original y digna de ser visitada, no solo por la novedad, sino también como objeto de estudio, pues allí gráficamente se ven marcadas las notabilísimas diferencias que presentan las distintas razas de la especie canina”
“La Epoca”, el 4 de Junio de 1890: “Al Vizconde de Irueste auxiliaba eficazmente el señor Conde en la tarea de inscribir, colocar y cuidar los perros, resultando todo el conjunto de la exposición de un gran atractivo”
“El Día”, el 5 de Juniode 1890: “Los perros están expuestos en bancadas de madera, aisladas unas de otras, para evitar cuestiones desagradables. Atendiendo a la nacionalidad de los canes, puede decirse que la Exposición es Universal, pues todas las naciones están representadas”
“La Ilustración Ibérica”, que se editaba en Barcelona, el día 11 de junio de 1890: “La exposición se divide en tres clases; perros de caza, perros de defensa y perros de lujo, y en las tres secciones se presentan ejemplares interesantísimos que denotan un mejoramiento notable en las razas”
La “La Ilustración Española y Americana”, del 15 de junio de 1890: “La Exposición canina, instalada en el Parque de Madrid a semejanza de las que hace muchos años se verifican en Inglaterra, Alemania y Bélgica, se inauguró en la tarde del 4, con asistencia de S.M. la Reina Regente y S.A. R. la infanta D. ª Isabel, y ante un público numeroso y distinguido”. Esta revista reproduce además a página completa un dibujo al natural de los perros más destacados, explicando a sus lectores sus características: “Nuestro grabado (dibujo del natural, por Comba) representa detallada y gráficamente los principales ejemplares de perros allí expuestos: en el centro del dibujo se reproduce el perro pachón “The”, galardonado con el premio de S M. la Reina Regente; al lado se ve a los pointers, pareja, “Re” y “Linda”, con sus numerosos cachorritos, propiedad de D. Antonio Ulbach, premiados por la Comisión organizadora; más abajo figura la jauría de Foxhounds, de la Sociedad de Caza de Madrid, que ha ganado el premio del Ayuntamiento; rodeando a esos tres dibujos están representados otros perros notables de la Exposición canina, entre ellos “Pipá” y “Pipí”, pachones, de D. Gabíno Stuyck; “Rondas” (basset), del Sr. Duque de Alba; “Pim” (Fox terrier), del Sr. Riano; “Lea”, “César” y “Sol” y tipos diferentes de bloodhound, mastines, bulldog y galguitos, un perro chino, otro de presa y algunos setters”
José de Figueroa y Torres Sotomayor, Vizconde de Irueste, (1857-1901), fue Director General de Agricultura, Gobernador Civil de Madrid y Diputado en Cortes. Fue el primer presidente del Cricket y Foot-Ball Club de España.
MATERIAL GRÁFICO
1.- Lámina publicada en La Ilustración Española y Americana con dibujos al natural sobre los perros participantes.

